martes, 8 de febrero de 2011

Deseos




Yo quisiera salvar esa distancia,

Ese abismo fatal que nos divide,

Y embriagarme de amor con la fragancia

MĂ­stica y pura que tu ser despide.



Yo quisiera se uno de los lazos

Con que decoras tus radiantes sienes;

¡yo quisiera, en el cielo de tus brazos,

Beber la gloria que en tus labios tienes!....



Yo quisiera ser agua y que en mis olas,

Que en mis olas vinieras a bañarte

Para poder, como lo sueño a solas.

A un mismo tiempo por doquier besarte.



Yo quisiera ser lino, y en tu lecho,

Allá en las sombras, con ardor cubrirte,

Temblar con los temblores de tu pecho

Y morir del placer de comprimirte.



¡Oh!.... ¿yo quisiera mucho más!.... ¡quisiera

Llevar en mĂ­, como la nube, el fuego;

Más no como la nube en su carrera,

Para estallar y separarnos luego!....



Yo quisiera en mĂ­ mismo confundirte,

Confundirte en mí mismo y entrañarte;

Yo quisiera en perfume convertirte,

Convertirte en perfume y aspirarte.



Aspirarte en un soplo como esencia,

Y unir a mis latidos tus latidos,

Y unir a mi existencia tu existencia,

Y unir a mis sentidos tus sentidos.



Aspirarte en un soplo del ambiente,

Y asĂ­ verter sobre mi vida en calma

Toda la llama de tu pecho ardiente

Y todo el Ă©ter de lo azul de tu alma.



Aspirarte, mujer… De ti llenarme.

Y en ciego y sordo y mudo constituirme,

Y ciego y sordo y mudo consagrarme

Al deleite supremo de sentirte

Y la dicha suprema de adorarte.


Salvador DĂ­az MirĂłn




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